92 años, 4.000 póster en su haber y un
talento inconmensurable, este es el legado que nos deja Macario Gómez, uno de
los mejores cartelistas de nuestro país, al que despedimos el pasado sábado.
Nacido en Reus en una familia humilde,
perdería a su padre con apenas dos años. Su pasión por el arte se mostraría
desde su infancia, cuando con siete años espiaba a sus compañeros mayores del
colegio en las clases de pintura y luego repetía sus dibujos.
Profesionalmente se uniría con el cine en
Barcelona, en el Estudio Domínguez, que se dedicaba a la decoración de fachadas
de cine. Y su carrera despegaría definitivamente con el cartel de Ivanhoe. Mac
representó a un imponente Robert Taylor en un póster que llamó la atención de
la Metro Goldwyn Mayer.
A partir de este momento y durante 33 años
Macario Gómez hizo un despliegue de imaginación y fuerza en sus trabajos, en
los que rompía los encuadres tradicionales.
A pesar de recibir ofertas para mudarse a
la meca del cine, Macario trabajó siempre como artista independiente, negándose
a dejar su Cataluña natal.
Le gustaba ver las películas antes de
hacer el cartel, para encontrar aquel fotograma que marcaría el devenir del
poster. Aunque no siempre tenía esa posibilidad, bien porque los plazos de
entrega eran muy cortos (de un día para otro) o bien porque se trataba de una
producción modesta.
En esos casos, le enviaron el guión y
fotos en blanco y negro con los que él ya se hacía la composición y coloreaba.
Y no le hacía falta más para dejarnos
carteles que se han quedado grabados en nuestra mente.
Desde Charlton Heston con las tablas de la
ley en Los diez mandamientos, a la sombra de El Verdugo de Berlanga, pasando
por las manos de Anthony Perkins en Psicosis a los rostros de Omar Shariff y
Julie Christie en Doctor Zhivago.
Pero hay más, muchos más. Os dejamos algunos
ejemplos:
*Escrito por nuestra colaboradora @KrTles
No hay comentarios:
Publicar un comentario