“La
conmocionadora historia del G8”
FICHA
TÉCNICA
País:
Italia, Rumanía, Francia
Duración:
2horas 7minutos
Género:
Drama
Presupuesto: 6 millones de dólares
Recaudación: 3 millones de dólares
Título: Diaz: Don't Clean Up this Blood
Hola
a todos chicos/as de nuevo aquí con la crítica de una de mis
apuestas personales, adentrados conmigo a ver una de las películas
mas emotivas del año.
Cuando una película se basa en un echo real tiene el inconveniente que la sorpresas estas limitadas, y más si el echo en concreto fue tan multitudinario como lo fue la historia del G8.
Pero
si lo analizamos desde el punto de vista del total desconocimiento
este film peca de no meterte en el contexto exacto y puede que nos
perdamos en bastantes partes, por otro lado este punto negativo se
vuelve en positivo al darnos bastantes sorpresas en los
acontecimientos (que poco a poco nos hará encoger el puño de
rabia).
Como hemos comentado antes la película no te sitúa en su correcto contexto, y considera que el espectador conocerá las historia como si fuera suya y por lo tanto faltan explicaciones suficientes para entender totalmente el acontecimiento, provocando la perdida de interés.
Si
todo esto fuera por falta de tiempo sería compresible, pero es que
encima hay escenas que sobran totalmente sin guion, sin explicación,
sin significado.
El
entretenimiento será exclusivamente en el nudo de la historia, lo
demás será pesado y totalmente prescindible.
El punto fuerte de este documental expresado en película, y es que la rabia de la injusticia se te apoderará desde el minuto que entren en el colegio, y es que es tan frustrante ver como los defensores de los derechos los violan como si esa fuera su verdadera profesión.
Y
si piensas que toda la injusticia se basará en las agresiones del
colegio Diaz estás equivocado, justo cuando acaba la tortura física
llega la opresión máxima con vejaciones, manipulaciones y todo
cuanto sea posible para desquitarse de toda la culpa.
Momento
culminante en la prisión con la chica, símbolo de los derechos
humanos.
Una
película emotiva como ella sola, que te hará levantar el puño de
rabia.
El
único pero que hay en el mensaje que nos muestra el director es la
falta de culpa que se le da a los altos mandos, dejando casi
exclusivamente la culpa a los cuerpos policiales.
Cuando tu película se basa en una historia real, te la puedes pasar por el forro y crear una película comercial sin más. O por lo contrario narrar lo ocurrido realmente con el problema de acabarla sosamente, y esto ocurre dando lugar a un final sin emoción, sin respuestas, sin nada palpable.
Y
es que así no se debe terminar una protesta a la violación
de los derechos humanos, dejando frentes abiertos y personajes a
medias tintas.
Tenemos
el final de un documental y no de una película.
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